La ocultación de la verdad es uno de los asuntos que desde los tiempos muy antiguos y en las diferentes sociedades humanas ha sido una de las consecuencias para negar el derecho a alguien, y sus efectos mortales continúan hasta el día de hoy. La aleya que estamos tratando, aunque fue revelada en una situación especial, no obstante –como ya dijimos– sin duda alude a todos aquellos que niegan la verdad.-
La ocultación de la verdad es uno de los asuntos que desde los tiempos muy antiguos y en las diferentes sociedades humanas ha sido una de las consecuencias para negar el derecho a alguien, y sus efectos mortales continúan hasta el día de hoy. La aleya que estamos tratando, aunque fue revelada en una situación especial, no obstante –como ya dijimos– sin duda alude a todos aquellos que niegan la verdad.
Los reproches y amenazas que vemos en la aleya respecto a los que ocultan la verdad son especiales, no habiendo en otras partes del Corán una expresión tan fuerte. Esto es debido a que este acto mal visto puede mantener a las sociedades y generaciones en la perdición, así como manifestar la verdad puede ser la salvación de las comunidades.
El ser humano en forma natural desea la verdad. Aquellos que la ocultan en realidad evitan que la sociedad humana transite el sendero de su perfección innata.
Desde el surgimiento del Islam, si los sabios judíos y cristianos hubiesen publicado en forma correcta y completa las buenas nuevas registradas en los dos Testamentos (de la Biblia: Antiguo y Nuevo), y hubiesen puesto a disposición de la gente todo aquello que sabían respecto a este asunto, posiblemente en un corto tiempo estas tres comunidades se hubiesen reunido bajo una misma bandera y se hubiesen beneficiado de las bendiciones de esta unión.
La “ocultación de la verdad” sin duda no se refiere exclusivamente a la ocultación de los signos de Dios y de la profecía, sino que alude a la ocultación de cualquier asunto que evite que la gente llegue a comprender la verdad, en el amplio sentido de esta palabra.
Inclusive en algunas ocasiones, guardar silencio en un momento en el que hay que hablar y divulgar la verdad, puede ser considerado como “ocultar la verdad”. Esto sucede principalmente cuando la gente tiene gran necesidad de percibirla, y son los sabios eruditos quienes, al decir la verdad, pueden saciar esta necesidad.
Principalmente porque el Sagrado Corán no habla únicamente de los asuntos de la ocultación, sino que considera necesario decir y revelar la verdad. Esta equivocación posiblemente fue la causa de que un grupo de sabios se abstuviese de revelar la verdad con el pretexto de que nadie les preguntó, mientras que el Sagrado Corán dice: “Cuando Dios concretó un pacto con los que habían recibido la Escritura: Tenéis que explicársela a los hombres, no se la ocultéis”. [1]
También debe ponerse atención en que en ocasiones entretener a la gente de Dios con asuntos insignificantes y secundarios que provoquen el olvido de los asuntos principales y vitales también es una forma de “ocultar la verdad”. Aunque no pueda llamársele a este caso “ocultar la verdad”, sin duda lleva en sí la filosofía de la prohibición de la ocultación de ésta. [2]
[1] . el sagrado Corán (3:187)
[2] . Exégesis del Sagrado Corán, tomo2, pag, 71