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El Imam Sayyad dijo al respecto (P) lo siguiente:
“Caín no sabía cómo debía quitarle la vida a su hermano, hasta que por medio de las insinuaciones del Demonio y sugestiones de su alma aplastó la cabeza de éste entre dos piedras. Cuando mató a su hermano se sintió aterrorizado y temeroso. No sabía qué hacer con el cuerpo de Abel. Entonces dos cuervos bajaron cerca de donde él se encontraba y después de sostener una pelea, un cuervo mató al otro y luego lo puso bajo la tierra. Caín que vio su debilidad dijo: -¡Oh, pobre de mí! Ni siquiera pude ser como un cuervo como para que se me ocurriese enterrar al cuerpo de mi hermano.- Cuando Caín regresó a su casa y su padre lo vio solo, le preguntó por Abel. Caín que eludía responder, finalmente se vio obligado a llevar a su padre al lugar del suceso y contarle lo que había sucedido. Fue en ese momento cuando Adán maldijo a la tierra que había absorbido la sangre de su querido hijo y sucesor. Y es por eso que desde ese momento ninguna tierra absorbe la sangre de los seres humanos. Entonces Adán lloró durante cuarenta noches y días por la pérdida de su querido hijo”[1][2].
[1] . “Tafsir Qumi”, t.1, p. 165.
[2] . Vida de los Profetas Tomo I,pag 72