La magia y brujería desde el punto de vista de los Libros del Antiguo Testamento, es considerado un acto inconveniente y reprobado, ya que en uno de los versículos de la Tora leemos: “No se dirijan a los brujos ni
La magia y brujería desde el punto de vista de los Libros del Antiguo Testamento, es considerado un acto inconveniente y reprobado, ya que en uno de los versículos de la Tora leemos: “No se dirijan a los brujos ni a los que llaman a los espíritus; no los consulten no sea que con ellos os manchéis. ¡Yo soy Yavé!“[1]
Y en otro de los versículos de ese mismo Libro encontramos: “Si alguno se dirige a los que consultan a los espíritus, o a los brujos para prostituirse con ellos, volveré mi rostro contra él y lo eliminaré de su pueblo“.[2]
En la Enciclopedia Libro Sagrado, está registrado a este respecto: “…Es muy evidente que la magia en la religión de Moisés (P) no era permitida, sino que las leyes religiosas sancionaban con los peores castigos a aquellos que se ayudaban con la hechicería“.
No obstante, lo interesante es que el autor de esta Enciclopedia Libro Sagrado confiesa que a pesar de esto el judío había aprendido la hechicería y la magia, y a pesar de lo que dice la Tora, creían es ésta. El dice: “…pero, a pesar de todo esto, este acto corrupto se había convertido en una creencia entre los judíos, y se refugiaban en ésta cuando tenían alguna necesidad“.[3]
Por esta misma razón el Corán les reprocha enérgicamente y los considera negociantes que se han vendido por el precio más vil.[4]
[1] Antiguo Testamento, Lev 19,31.
[2] Ídem, Lev 20,6.
[3] Enciclopedia, Libro Sagrado, p.471, escrito por Mr. Haks (americano).
[4] . Exegesis del Sagrado Coran tomo I,pag350