A lo largo de sus más de 200 años de historia, el Congreso de Estados Unidos ha recibido a numerosos presidentes, primeros ministros y líderes mundiales. Figuras tan ilustres como Churchill, Modi, Merkel y otros altos funcionarios de 48 países han pronunciado discursos históricos en el Congreso. Si bien la lista de políticos extranjeros que han aparecido en el Capitolio a lo largo de las décadas incluye muchas figuras controvertidas, el Congreso de Estados Unidos nunca se había enfrentado al deshonor de recibir a un criminal internacional y criminal de guerra como Netanyahu. Benjamin Netanyahu, con cuatro apariciones ante el Congreso, se ha dirigido a los legisladores estadounidenses más que cualquier otro político. Parece que los miembros del Congreso sienten la necesidad de renovar su lealtad a una de las figuras más notorias de la historia cada pocos años. Sin embargo, esta vez, a diferencia de visitas anteriores, su aparición desató una gran controversia y críticas. Desde el boicot a su discurso por parte de 128 legisladores y la exhibición de carteles de "criminal de guerra" durante su discurso hasta las protestas generalizadas en todo Washington, D.C., la visita de Netanyahu se encontró con una oposición sustancial.
Sin embargo, la vergüenza del Congreso de Estados Unidos se extiende más allá de recibir al Primer Ministro de Israel. Tras los acontecimientos del 7 de octubre y la Operación Inundación de Al-Aqsa, tanto la Cámara de Representantes como el Senado han empañado su reputación al apoyar plenamente la masacre del pueblo de Gaza, uno de los mayores crímenes de la historia humana. La medida más importante adoptada por el Congreso de Estados Unidos en apoyo del genocidio en Gaza fue la aprobación de diversos paquetes financieros y de ayuda. Desde los primeros meses del conflicto, el Congreso utilizó el dinero de los contribuyentes estadounidenses para financiar los esfuerzos bélicos de Israel. Un ejemplo notable de esto fue la aprobación de un paquete de ayuda de 17.000 millones de dólares en mayo para apoyar a Israel.
En los últimos meses, el apoyo del Congreso de Estados Unidos a Israel ha adquirido dimensiones nuevas y más amplias. En mayo, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley destinado a ampliar la definición de "antisemitismo" para limitar y criminalizar las críticas a Israel en el país. Durante las protestas estudiantiles en apoyo de Palestina en todo Estados Unidos, varios senadores, entre ellos Marco Rubio y Tom Cotton, impulsaron leyes que revocarían las visas de los estudiantes extranjeros que apoyan a Palestina. Una parte del proyecto de ley propuesto por estos senadores establecía que las visas de los estudiantes arrestados por la policía por crear, participar o promover una protesta en el campus de una universidad o institución de educación superior el 7 de octubre de 2023 o después, deberían ser revocadas. En una medida impactante durante el apogeo de estas protestas, el congresista Andy Ogles incluso propuso un proyecto de ley para enviar manifestantes estudiantiles propalestinos a Gaza.
Además, después de la Operación Inundación de Al-Aqsa, el Congreso de los Estados Unidos se volvió intolerante incluso a las críticas leves al régimen sionista dentro de la Cámara de Representantes. Con más de 234 votos, el Congreso condenó a Rashida Tlaib, la congresista musulmana y palestino-estadounidense, por sus críticas a Israel. Además, muchos de los partidarios sionistas acérrimos del Congreso propusieron expulsar a Tlaib de la Cámara por completo.
Además, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, rechazó la sentencia de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre Netanyahu, desafiando el compromiso habitual de Estados Unidos con las leyes y sentencias internacionales, e incluso pidió medidas punitivas contra la CPI. En otra medida provocadora, el Congreso aprobó posteriormente un proyecto de ley que impone sanciones a la CPI tras la emisión de órdenes de arresto contra Netanyahu y otros funcionarios israelíes.
Como se mencionó, el Congreso de Estados Unidos ahora se enfrenta a la desgracia de apoyar uno de los mayores genocidios de la historia. Durante décadas, el Congreso había aprobado numerosos proyectos de ley y resoluciones engañosas en apoyo de los derechos humanos, la democracia y la libertad de expresión, pero la verdadera naturaleza de su postura se ha hecho evidente tras el conflicto de Gaza. Esto también lo señaló el Líder de la Revolución Islámica durante el respaldo al nuevo presidente, diciendo: "Los gobiernos, las naciones, los intelectuales y las figuras políticas en varios campos deben llegar verdaderamente a una decisión. “Si lo vemos de esta manera, nos damos cuenta de la gran vergüenza que se ha metido el Congreso de Estados Unidos anteayer al reunirse para escuchar a este criminal [Benjamin Netanyahu]. Es una gran vergüenza”.
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